Un tesoro natural en el Cofre de Perote

El Parque Nacional Cofre de Perote, llamado en náhuatl “Nauhcampatépetl”, que significa “la montaña de cuatro lados”, es uno de los numerosos volcanes que componen el Eje Neovolcánico Transversal del centro de México, y es la octava montaña más alta en México con 4 mil 250 metros sobre el nivel del mar. Decretado por el ejecutivo federal como Área Natural Protegida el 4 de mayo de 1937. Con una superficie de 11 mil 530.73275 hectáreas, se localiza en el estado de Veracruz en los municipios de: Perote, Ayahualulco, Ixhuacán de los Reyes y Xico.

Cofre de Perote es un volcán cuyo origen data del Mioceno o el Plioceno, entre los 20 a 5 millones de años de antigüedad, formado en un solo periodo de erupciones y de un foco volcánico importante, en la actualidad no existe actividad volcánica. Cofre de Perote representa uno de los recursos hidrológicos más importantes de la región, debido a su captación, filtración y escurrimiento de agua, recurso hídrico que es utilizado en la provincia central del estado de Veracruz, distribuyendo el vital líquido a 19 municipios.

En el Parque Nacional existen registros antiguos de ocupación humana, pobladores que en épocas prehispánicas extraían y hacían uso de sus recursos naturales como: el ixtle, el zacate y productos forestales. En siglos más recientes, la madera extraída de sus bosques sirvió para construir barcos y durmientes para las vías del ferrocarril, existiendo más de 20 aserraderos en la zona. Hoy en día sigue existiendo la vocación forestal, desafortunadamente la extracción ilegal de productos forestales y no forestales es uno de los mayores problemas en el Cofre de Perote.

Sus características topográficas, de relieve y clima dan como resultado un mosaico de ambientes diversos donde se distribuye una gran variedad de especies de flora y fauna silvestres. Los ecosistemas forestales de Cofre de Perote corresponden a vegetación de zonas frías y templadas, representadas principalmente por bosques de coníferas; bosque de pino y oyamel; bosque de pino-encino; pastizal alpino; pastizal inducido y paramo de montaña. Se han identificado 372 especies de flora silvestre, algunas de ellas endémicas, como los musgos: Anomobryum plicatum, Mielichhoferia shiedeana, Morinia stenotheca, Neosharpiella aztecorum y el oyamel de Juárez (Abies hickelii), además de ser especies en peligro de extinción.

Debido a las condiciones de la montaña, clima y altitud podemos encontrar distintos estratos de vegetación con fisonomías y características únicas. Los cambios entre éstos son graduales y en la zona de confluencia entre uno y otro existen ecotonos -zona de transición entre dos ecosistemas diferentes o fronteras ecológicas- con características particulares, lo que hacen a Cofre de Perote un lugar sin igual.

Éstos ecotonos son hábitats de una gran variedad de ejemplares de fauna silvestre, se tienen identificadas 179 especies, agrupadas en 65 familias, 27 taxones son endémicos y 50 se encuentran en alguna categoría de riesgo de extinción.

El grupo de los mamíferos se conforma por 22 familias que incluyen 51 especies, de las cuales cuatro son endémicas de México y ocho se encuentran en riesgo de extinción, entre las que destacan: la musaraña orejillas mexicana (Cryptotis nelsonii), el vampiro falso lanudo (Chrotopterus auritus) y el ardillón de Perote (Spermophilus perotensis). Los bosques de Cofre de Perote son hogar de uno de los seis felinos silvestres que se distribuyen en México, el gato montés (Lynx rufus); al igual que otras especies más como: el tlacuache (Didelphis marsupialis), la tuza (Orthogeomys hispidus), el zorrillo (Conepatus leuconotus) entre otros.

Las aves también se encuentran bien representadas, se han registrado 89 especies, entre las más simbólicas encontramos a: la calandria (Euphonia gouldi); el mirlo pinto (Ridgwayia pinicola); colibrí pico corto (Abeillia abeillei); gavilán de Cooper (Accipiter cooperii); codorniz silbadora (Dactylortyx thoracicus); paloma perdiz cara blanca (Geotrygon albifacies) y la codorniz coluda veracruzana (Dendrortyx barbatus), todas ellas especies en riesgo.

En cuanto a reptiles, se tienen registradas 25 especies: 12 de ellas endémicas y 16 taxones en categoría de riesgo de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010, en las que figuran: el lagarto alicante terrestre (Abronia graminea); la lagartija ciega mexicana (Anelytropsis papillosus); la lagartija cornuda de montaña (Phrynosoma orbiculare); el lagarto alicante del Popocatépetl (Barisia imbricata); la culebra parchada de Baird (Salvadora bairdi); la culebra ojo de gato bandada (Leptodeira annulata) y la cascabel cola negra (Crotalus molossus); entre otras. Por lo que respecta a los anfibios, éstos se encuentran  representados por 14 especies: 10 de las cuales son endémicas, entre ellas la rana de árbol de bromelia menor, también conocida como rana arbórea (Plectrohyla arborescandens), rana leopardo (Lithobates berlandieri) y el tlaconete leproso (Pseudoeurycea leprosa), especies amenazadas.

El Parque Nacional Cofre de Perote forma parte de una de las regiones terrestres prioritarias para México, y tenemos la responsabilidad de garantizar su perpetuidad, recordemos que la biodiversidad es la base de la vida y de los servicios esenciales que brindan los ecosistemas, en otras palabras, es el cimiento para la prosperidad de la población en todas las esferas: económica, ecológica y social; y sólo su protección debe ser labor de la sociedad, detener la pérdida de la diversidad biológica, los estragos de los ecosistemas, estamos invirtiendo en las necesidades de la población y su bienestar, esforcémonos en no transgredir los ecosistemas. Sin lugar a dudas, Cofre de Perote guarda un tesoro nacional.

Antero Carmona

*El autor es Médico Veterinario por la UAEMex. Ambientalista, incansable difusor de la protección, conservación y desarrollo sustentable de los recursos naturales, y promotor del trato digno y bienestar animal.

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