¿Qué consecuencias tienen los riesgos psicosociales no atendidos? (II)

En la entrega anterior, abordamos dos trastornos específicos relacionados con la no atención de riesgos psicosociales, ya sea por parte de los colaboradores o por la mala calidad del entorno laboral; seguramente no son los únicos, pero si los más comunes. Y tal como les adelanté también, en esta segunda entrega, tocaremos, además, algunas consecuencias organizacionales que ocasionan (exista o no la #NOM035) los riesgos psicosociales no atendidos y un clima laboral desfavorable.

Para contextualizar, vamos a partir de la definición que la Norma establece para los factores de riesgo psicosocial: “aquellos que pueden provocar trastornos de ansiedad, no orgánicos del ciclo sueño-vigilia y de estrés grave y de adaptación, derivado de la naturaleza de las funciones del puesto de trabajo, el tipo de jornada de trabajo y la exposición a acontecimientos traumáticos severos o a actos de violencia laboral al trabajador, por el trabajo desarrollado…”, estos factores, y en general todos los que sean de riesgo psicosocial afectarán directamente 2 condiciones del entorno laboral:

  • La salud psicológica y física de colaboradores (y patrones); y
  • La salud organizacional y corporativa.

Aquí radica la importancia de que las organizaciones comiencen a ocuparse de identificar, analizar y prevenir los riesgos psicosociales, ya que, de no hacerlo –muy aparte de las multas, demandas y demás procedimientos judiciales, administrativos o de otra índole legal-, estarán afectando la salud de sus colaboradores, su desempeño, sus actitudes ante la organización, así como los niveles de productividad de la empresa y generando gastos innecesarios.

En lo que respecta a los colaboradores, el riesgo psicosocial más importante será la presencia de estrés, que, si bien puede ser, en parámetros controlados, no perjudicial, si estos parámetros no se controlan, generará un efecto multiplicador en todas proporciones y sentidos.

El estrés, puede identificarse como un estado mental y físico que se caracteriza por altos niveles de excitación y la frecuente sensación de no poder afrontar los retos o actividades que se presentan. Es un patrón de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y de comportamiento ante ciertos aspectos adversos o nocivos de las condiciones de trabajo, la organización del trabajo y el entorno laboral, en general.

De igual manera, como consecuencias directas que incluso hoy pueden ya estar presentes, no atender los riesgos psicosociales de los colaboradores se traducirá en una serie de complicaciones para ellos, entre las que destacan:

  • Alteraciones cognitivas.
  • Alteraciones del comportamiento.
  • Problemas y enfermedades cardiovasculares.
  • Depresión, ansiedad y otros trastornos de la salud mental.
  • Dolor de espalda y otros trastornos músculo esqueléticos.
  • Trastornos médicos diversos (respiratorios, gastrointestinales, etc).
  • Conductas sociales de riesgo (hábito de fumar, consumo de drogas, sedentarismo, falta de participación social, etc).

Mientras que para la organización las consecuencias directas se verán reflejadas en:

  • Altos índices de siniestralidad.
  • Mayor ausentismo.
  • Presentismo (colaboradores que acuden trabajar, pero son incapaces de rendir eficaz y eficientemente por irresponsabilidad, enfermedad y/o procrastinación).
  • Aumento en la rotación de personal.
  • Bajos niveles de productividad.
  • Entorno laboral conflictivo.
  • Desempeño inferior al estándar.
  • Poco compromiso de los colaboradores.
  • Pérdidas por robo.

Todas estas consecuencias, sin duda, representan efectos negativos para las organizaciones y su capital humano que se traducen en un mal rendimiento global de la empresa. Los costos que esto puede generar a las empresas y a la sociedad son cuantiosos, por ejemplo, en México, el ausentismo por enfermedad representa 7.3 por ciento del costo de nómina anual de las empresas, y genera una disminución de más del 20 por ciento de la productividad, así mismo, de acuerdo con estimaciones oficiales. actualmente las pérdidas anuales por la no atención de los riesgos psicosociales representa 16 mil mdp para las empresas.

Por todo la anterior, y desde la entrada en vigor de la NOM-035-STPS-2018, la atención de los riesgos psicosociales es, no sólo una obligación moral y una buena inversión para los empresarios, sino un imperativo legal que implica mucho más que aplicar cuestionarios a los colaboradores y darles unos días más de vacaciones, home office o facilitarles terapia psicológica. Estamos ante la necesidad de generar entornos laborales favorables, agradables y altamente productivos, con colaboradores funcionales, comprometidos y sanos.

Entonces, resulta prioritario que las organizaciones determinen su propia ruta y generen sus propios sistemas para este fin. Con la adopción de un enfoque correcto, los riesgos psicosociales pueden identificarse, prevenirse, corregirse y gestionarse de modo satisfactorio sea cual sea el tamaño o el giro de la organización. Y, aún cuando la responsabilidad jurídica de garantizar que estos riesgos en el lugar de trabajo se identifiquen, analicen y prevengan adecuadamente recae como una obligación de los patrones, es fundamental que los colaboradores también participen de manera activa, comprometida y libre, pues los trabajadores y sus representantes son quienes mejor comprenden los problemas que pueden producirse en su lugar de trabajo, de manera que incentivar y facilitar su participación, garantizará que las medidas adoptadas sean adecuadas, eficaces y benéficas para la organización y para los colaboradores,

Finalmente, quiero hacer énfasis en la parte que tiene que ver con la evaluación de los riesgos psicosociales, y puesto que la Norma anexa guías de referencia, hagamos nuestro mejor esfuerzo por garantizar que los métodos que adopten nuestras organizaciones, apunten a identificar el origen de los problemas como principio de prevención, para lo cuál sería de gran utilidad enfocarse en analizar primordialmente las características de las condiciones de trabajo, la organización del trabajo y el entorno laboral, y de manera complementaria las características de las personas. Además de hacer énfasis, y parte de la cultura organizacional, que los daños a la salud por riesgos psicosociales no son un problema individual, pues afecta a toda la organización y su prevención debe ser entendida como una oportunidad para todos, para todas.

Como siempre, agradezco tu atención y no dudes en escribirme para saber más sobre esto o algún otro tema. mnunez@dirhmexico.com.mx

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